miércoles, febrero 28

14:45

Te acercas en el pulso lábil de tus horas
logrando de esta sombra la prueba de mi existencia,
enredada aún en la agónica luz del mediodía.

Oigo la clara gramática de tacos y suelas
que cifran los versos de tu caminar;
me habla de tus puertos y de sus dóciles mares,
me dice si son de arena o asfalto;
si son de roca, tierra o cielo, tal vez.

Fluyes suave, como tramada en hilos de seda
que fecundan a ruiseñores, cerezos y linternas;
a veces etérea en el tímido aroma de la canela,
y otras, imaginada en los vientos de oriente
por las voces de un relato perenne y nostálgico.

Y, muy cerca ya de mí, dejo que creas que no adivino
tu juego oportuno: tus manos cegándome por un instante,
un quién soy, y el melodioso violín de tu risa.
mam

2 comentarios:

Laura dijo...

por que no dejo que creas que no adivino?
"El violín melodioso de tu risa"
Muy lindo!!!

Laura dijo...

Che, Marcelo gracias por escuchar mis sugerencias. Pero quedó mucho mejor, no te parece?
Estoy esperando más tiradas...vamos a no achancharse.